El estadio Santiago Bernabéu no tuvo piedad con un Álvaro Morata que regresó a la que fue su casa y, como ha sucedido desde que decidió fichar por el Atlético de Madrid, se llevó la gran pitada de la grada cuando su nombre sonó por la megafonía en el momento en el que fueron presentados todos los jugadores del conjunto italiano.
El Real Madrid no perdona a Morata, que no se puede olvidar que fue canterano madridista. Pero la afición blanca, desde que fichó por el eterno rival, asegurando que su sueño siempre fue vestir la camiseta de la entidad rojiblanca, le convirtió en uno de sus principales enemigos futbolísticamente hablando. Y es que nunca ha ganado en Chamartín como visitante. De los cinco partidos previos jugados en el coliseo madridista, el español no ganó ninguno de ellos (dos derrotas y tres empates) y marcó solamente dos goles.
Una adaptación complicada
Morata vuelve al Bernabéu para vivir una gran noche de Champions, la que espera sea la primera con su nuevo equipo, con el que todavía no se ha estrenado en esta máxima competición continental. Su llegada a Milán, en Serie A, sin embargo, fue por todo lo alto. Salió de suplente en el duelo ante el Torino y marcó el gol que incitó el despertar del equipo. Se ganó el cariño de la afición en apenas media hora el pasado 17 de agosto.
Desde entonces, solo un gol y una asistencia más. Ha ido ganando enteros y convirtiéndose en un líder, en un referente fuera del vestuario, con declaraciones después de cada partido aplaudidas por los rossoneri, pero sin resultados palpables en la estadística. Ha asumido los galones en un vestuario en ocasiones desprovisto de líder, pero siempre con humildad para no generar controversia dentro del mismo.
La evidente cuenta pendiente de Morata esta temporada, la falta de gol, se justifica con un excesivo trabajo fuera del área. La pasada campaña a estas alturas acumulaba más del triple de dianas. Eso sí, en Italia, su labor va más allá que cargar el área. Facilita salida de balón, aparece para mejorar la circulación ante las complicaciones del Milan e intenta nutrir de balones a Pulisic y Leao, las grandes amenazas.
Es una nueva faceta del madrileño, mucho más participativo en la base de la jugada, más acertado en el desarrollo de los contragolpes y actor principal en la construcción de las acciones de peligro. Suya fue la asistencia del gol que marcó el Milan al Liverpool. Y acumula un 85% de pases en Champions, según las estadísticas de la UEFA.